domingo, 7 de junio de 2015

Los genios que llevas dentro. Feliz fin de semana.

Hola genio¡¡

¿Que tal te ha ido la semana? Espero que muy bien.

Aunque un poco más tarde de lo habitual esta semana (por lo que te pido disculpas)me gustaría hablarte de genios. De esos "genios" que todos llevamos dentro.

Éste término lo solemos usar con diferentes significados y sentidos. Llamamos genio a las personas que destacan de manera extraordinaria en alguna actividad o tienen un talento especial en algún conocimiento o habilidad. Pero también llamamos genio al carácter o temperamento de las personas. 

Estoy convencido que todos tenemos en parte los "dos genios" dentro. Posiblemente estés pensando...¿Genio yo? si no destaco en nada... Obsérvate con atención y te sorprenderás las cosas maravillosas que haces y que has hecho hasta hoy, ¿Has traído un hijo@ al mundo?, ¿Has salvado alguna vida?, ¿Has impedido alguna injusticia?, ¿Has ayudado a alguien?, ¿Has consolado a alguien?: Si te observas comprobarás que haces cosas que no todo el mundo hace y como ser único e incomparable, eres especial. A veces basta con detenerte a observarte.

Pero también llevamos dentro el otro genio, el carácter. Este que en ocasiones sube de temperatura (de ahí temperamento) que nos enciende y nos transforma de Doctor Jekill a Mister Hyde. En coaching e inteligencia emocional lo llamamos "El secuestro de la amígdala".


¿Has perdido alguna vez los estribos y has dado una respuesta desproporcionada a alguien? Seguramente si. En ocasiones sufrimos este tipo de secuestros emocionales, esto pasa por que hemos reaccionado y dado respuesta desde nuestro sistema límbico, nuestro cerebro emocional. 

En esta zona se encuentra la amígdala que se encarga de procesar la información. Funciona como si de un vigilante jurado  o guardaespaldas se tratase, está continuamente preguntándose ¿Esto es peligroso para mi?, ¿Me hará daño?, ¿Me da miedo?, ¿Me está ofendiendo?, busca respuestas y si son afirmativas nuestros sistema nervioso reacciona para defenderse de la amenaza.

Cuando esto nos ocurre segregamos las hormonas necesarias para huir o luchar, se nos acelera el pulso, reducimos nuestro campo de visión poniendo el foco en el enemigo para concentrarnos en el peligro. Así esquivamos al neocórtex (nuestro cerebro pensante y racional) volviéndonos más instintivos. Gracias a la amígdala nuestros antepasados huían o atacaban para eliminar la sensación de peligro de alguna amenaza animal o humana, lo que les sirvió  para la supervivencia y  la evolución.


El secuestro emocional se produce por la reacción rápida ante un peligro o amenaza, pero... ¿Qué podemos hacer al respecto?, ¿Cómo podemos evitar nuestros impulsos para no hacer o decir algo que luego podamos arrepentirnos? En mi opinión, creo que el secuestro de la amígdala nos seguirá sirviendo para huir o defendernos de un ataque real, pero llevándolo a un terreno más actual y a nuestro día a día, si que podemos intentar gestionarlo aunque no siempre lo consigamos.

¿Has tenido alguna discusión personal o profesional en la que has reaccionado de forma inadecuada y luego te has arrepentido? Seguramente, esto nos ocurre a todos. ¿Alguna vez has pensado... "lo cogía y le", "Es para darle de host...", "lo despido", "me despido", "no le hablo más" etc.? si sólo lo has pensado y no lo has hecho es por que lo pasaste por tu cerebro pensante y racional sin llegar a sufrir el secuestro de la amígdala.

Respondiendo a la pregunta...¿Qué podemos hacer para no reaccionar de manera desproporciona que luego podamos arrepentirnos? te diría que uses la técnica de las 3 "R". Cuando detectes que estás empezando a enfadarte y/o que puede empezar una discusión (amenaza o peligro), cállate y...


RESPIRA, haz unas respiraciones profundas, dos, tres las que necesites, te ayudará a calmarte.

RAZONA, durante los 5 o 6 segundos que estás respirando profundamente y calmando tus pulsaciones, piensa lo que vas a decir y las consecuencias que puedes tener, de esta forma pasas la información por tu neocórtex ayudándote a reaccionar de forma más lógica, racional y coherente.

RESPONDE,  responde desde la racionalidad siendo consciente del volumen de tu voz, tono, lenguaje, fisiología, etc. intentando mostrar tu lado amable e interés en resolver una situación de forma civilizada.

"Entre lo que piensa, 
lo que quiere decir, lo que cree decir, lo que dice, lo que quieres oír, lo que oyes, lo que crees entender, lo que quieres entender y lo que entiendes…"
"Existen 9 posibilidades de no entenderse."

Hoy me gustaría dedicar especialmente y con vuestro permiso este post a la persona que me ha pedido que escriba sobre este tema. 

Me despido como siempre, deseándote un feliz fin de semana, salud y éxitos.

José María Gomaríz




2 comentarios:

  1. Buena entrada! Respirar antes de responder es lo más, en una inspiración te da tiempo de repasar tanto... comprendes cosas nuevas antes de replicar, con ello hasta puedes arreglar las cosas.

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