Hola a tod@s¡¡
¿Cómo van esas vacaciones afortunad@s?
Seguramente al no recibir mi post la semana pasada pensaríais estaba de vacaciones. Pues no, ni estaba ni lo estoy todavía. Pero ha sido la primera vez en más de dos años que no os he escrito y enviado mi "Feliz fin de semana".
No ha pasado nada grave ni especial. Aunque me gusta y prefiero escribir cada viernes por la mañana, hay semanas que por unos motivos u otros lo he hecho por la tarde o noche, el sábado, incluso en alguna ocasión el domingo.
La semana pasada empecé a escribir a primera hora de la tarde, me entraron algunas llamadas, otras interrupciones y cuando me di cuenta tenía que salir a un asunto personal. Dejé de escribir y me dije... cuando vuelva lo termino.
Como quiera que sea llegó la noche y me dije... Bueno, luego en la cama con el portátil lo hago. Cuando llegó el momento me dije nuevamente... Estoy cansado, llevo todo el día para arriba uy para abajo, mandando emails, atendiendo llamadas, haciendo visitas, es hora de dormir, mañana lo hago.
No te voy a detallar mi fin de semana, pero entre unas cosas y otras siempre encontraba una excusa para no ponerme a escribir, el auto-saboteador interno me estaba ganando la batalla. De hecho me la ganó.
Durante la jornada del domingo en un evento de unos amigos, el diálogo entre mi "Yo responsable" y mi "Yo Auto-saboteador" era continuo, tanto que había ocasiones en las que ni siquiera estaba disfrutando del momento presente por estar en la batalla de mis dos "Yo".
¿Te ha pasado a ti alguna vez?
¡Uf! Menos mal que no soy el único.
Entre los miles de pensamientos repetidos que tenemos diariamente, la mayoría de ellos son cosas que tenemos que hacer o resolver y que vamos dejando para más tarde, eso que llaman ahora los modernos de una forma muy cool, procrastinación.
Así que para tranquilizarme me conté la historia que lo escribiría el lunes, total ya no podía hacer otra cosa. Pero de vez en cuando, me volvían los pensamientos de culpabilidad, que se reforzaban con algún whatsapp o email preguntándome por el post y por que no lo había enviado y publicado.
La cuestión es que cuando pensamos que alguien espera algo de nosotros y no se lo damos, nos hace sentir mal. Pero no nos hacen sentir mal los demás, somos nosotros mismos los que nos estamos contando una situación "X" y nos estamos inventando las respuestas de los otros, tipo... ¿Que estarán pensando?, ¿Habrán pensado que...?, La verdad es que tenía que haber hecho... y un largo etcétera de pensamientos que nos van afectando y acaban haciéndonos sentir mal.
Llegó el lunes y el "Yo auto-saboteador" empezó a posponer el momento, mientras que el "Yo responsable" empezó a sentir vergüenza, el auto-saboteador piensa que tan impuntual es el que llega 10 minutos tarde como una hora, así que ya que mas da. El responsable piensa en las consecuencias que puede tener y sigue atormentándose con sus respuestas.
Fue pasando la semana y decidí no agobiarme más, ya que no me estaba beneficiando en nada, al contrario me estaba desenfocando de otros menesteres. Decidí contarme otra historia que me beneficiara, y esto amigos, es lo que quiero compartir con vosotr@s.
¿Alguna vez has hecho dieta y en un momento determinado te has pillado abriendo el frigorífico para coger la tarta de chocolate?, ¿Recuerdas la conversación entre tu "Tú auto-saboteador" y tu "Tú responsable?. ¿Cuándo dejaste de fumar o quieres dejar de fumar has observado la lucha interna entre tu "Tú auto-saboteador" y tu "Tú responsable?. Tenemos este tipo de batallas continuamente, la lucha interna entre nuestros dos "Yo"es feroz y debemos zanjarla lo antes posible.
En ocasiones nos agobiamos por cosas que tenemos que hacer y obligaciones que tenemos y/o queremos cumplir, pero debemos gestionar cuales son las que debemos, queremos o podemos hacer primero. Tenemos este tipo de batallas continuamente, la lucha interna entre nuestros dos "Yo" es feroz y debemos zanjarla lo antes posible. Es interesante ordenarlas por importancia, por urgencia y comprobarás que por que alguna vez retrases o no hagas alguna de ellas no se va a acabar el mundo. Todo no es urgente, todo no es importante, no en en todas la ocasiones nos va la vida en ello. Así que debemos acabar eligiendo lo que creamos conveniente y una vez tomada la decisión no mirar atrás.
"La decisión tomada en cada momento es la correcta"
Con esto no quiero decir que no sea importante escribirte cada semana, mi compromiso sigue siendo el mismo, simplemente que en ciertas ocasiones cuando sientas que tienes que hacer algo y te esté agobiando, pregúntate ¿Qué es lo peor que podría pasar si no lo hiciese? Y verás que en la mayoría de los casos no pasaría nada grave.
Debemos disfrutar del presente, de lo que hacemos y también de nuestras obligaciones, pero siendo flexibles cuando lo necesitemos que esta vida son dos días.
Y ahora como "casi" siempre, te deseo un magnífico fin de semana, salud y éxitos.
José María Gomaríz
Muchas gracias.
Un saludo.