viernes, 7 de noviembre de 2014

El roble y el bambú. Feliz fin de semana.

Hola a tod@s, ¿que tal la semana?, ¿Bien, verdad? La mía a tope. Tanto que no he tenido un minuto libre para poder escribirte en los últimos días. 

Me dispongo a escribirte cerca de las doce de la noche,  quizás un poco cansado después de un día intenso, pero fiel a nuestra cita y con mis mejores deseos. Esta semana me gustaría compartir una fábula que hace mucho tiempo me contaron. 

Cuenta la historia que en un bonito paraje, crecían libremente una caña de bambú y un roble. Con el tiempo, el roble fue creciendo fuerte y frondoso, éste siempre miraba al bambú y le decía: Mira que pequeño y que débil eres, hasta un simple pajarito es un grave peso para ti, el viento más ligero te hace bajar la cabeza. En cambio, mírame a mí, mi frente detiene los rayos de sol, desafía  a la tempestad.

Al bambú le daba mucha pena ver como el roble se había convertido en un soberbio y presumido. Un día llegó un temporal y el bambú, flexible y moldeable se adaptaba  a los azotes del viento y enseguida se dobló, mientras el roble luchaba con todas sus fuerzas por mantenerse en pié. Durante un tiempo lo consiguió, pero el temporal empeoró y la tormenta se convirtió en un tornado. La fuerza del viento fue tal, que arrancó al roble de raíz dejándolo postrado en el suelo.

Cuando el temporal amainó,  aparecieron unos leñadores y en pocas horas  lo cortaron y se lo llevaron a la serrería hecho trozos. La caña, triste por lo que le había ocurrido a su vecino el roble pensó: ¡Me doblo pero no me rompo!, ¡Que pena que tanta soberbia y vanidad le hayan llevado al tal extremo!
Fin de la historia.


¿Qué conclusiones sacas de esta historia?, ¿Con quien te identificas, con el roble o con el bambú?. La soberbia y la vanidad, son grandes enemigas de la amabilidad y de la humildad, son grandes enemigas del aprendizaje, dicen mucho de que tipo de persona eres.

Corren tiempos difíciles, tiempos de cambio continuo,  eres flexible y te adaptas o te arrancan con un golpe de viento. No quiero que confundas flexibilidad o moldeabilidad con sumisión , que no me estoy refiriendo a eso. Lo que te pido es que seas com el agua que va por el cauce del río y que va adaptando su velocidad e intensidad al cauce por el que va pasando.

Ya lo decía Bruce Lee: Vacía tu mente, se amorfo, moldeable, como el agua. Si pones agua en una taza, se convierte en la taza. Si pones agua en una botella, se convierte en la botella. Si la pones en una tetera, se convierte en tetera. El agua puede fluir  o puede golpear. Se agua amigo mío.

Con esto me despido como siempre, deseándote un magnífico fin de semana, salud y éxitos.


José María Gomaríz.

Muchas gracias.
Un saludo.

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