viernes, 28 de agosto de 2015

No tengo tiempo. Feliz fin de semana.

¡¡Hola a tod@s!!. ¡¡Ya estoy de vuelta!!

Tras dos semanas de vacaciones y una tercera preparando el último empujón del año, estoy con vosotros de nuevo. Espero que me hayáis echado de menos tanto como yo a vosotros, ¡eh!. 

Este año ha sido el primero que he dejado de escribir  el post semanal durante mis vacaciones, creo que me hacía falta desconectar un poco y relajarme como he hecho, sin estrés..., sin obligaciones... Pero si que he reflexionado mucho y de muchos temas durante este breve descanso para poder compartirlos con vosotros.


Durante el recorrido por tierras leonesas, asturianas y cántabras, he podido disfrutar de los espectaculares paisajes de Los Picos de Europa, de la amabilidad de sus gentes, de su extraordinaria gastronomía. –– ¡Que ricas las fabes! –– Pero sobre todo, de la paz y la tranquilidad que se respira.

En ocasiones tenía la sensación de estar viviendo otra época, en otro tiempo. Visitar pequeños pueblos con sus construcciones de piedra y madera, algunos de ellos con escasos habitantes, como Tresviso, Pesaguero,  Caldevilla de Valdeón, Caín, entre  otros, ha sido como viajar al pasado.

Te dejo unos videos por si te apetece ver una pequeña muestra. Video 1, Video 2Video 3, Video 4.


Cada vez que he subido a un puerto, a un mirador o a la cima de una montaña, he experimentado diferentes emociones. Algunas semejantes y parecidas, sin embargo, otras opuestas. En ocasiones he sentido, paz, sosiego, calma, tranquilidad, grandeza, nostalgia, tristeza, alegría, superación, humildad, insignificancia, rabia, conciencia, valor, comprensión, orgullo, pena, soledad, miedo..., sí, estas y algunas más.

No me detendré a contarte porque he sentido cada una de ellas, algunas quizás sean demasiado personales, pero si quiero compartir alguna reflexión de las vividas en estos días.

Al llegar a algún punto muy alto, me detenía a tomar algunas fotografías para guardar en el recuerdo tecnológico, ya que por desgracia nuestra mente olvida con mucha facilidad,  demasiada diría yo. Y por más que nos empeñemos, sólo recordaremos algunas imágenes muy concretas o de algo muy exclusivo. En cambio, si recordamos las emociones y lo que hemos sentido en un momento determinado.

En muchas de esas paradas para descansar, hacer fotos o para contemplar el paisaje, son en las que he aprovechado para estar en silencio conmigo mismo o compartirlo con mi familia y reflexionar de temas concretos, pasados, presentes o futuros. 

En una ocasión, hablábamos de lo curioso que resulta cuando observas un paisaje espectacular (como el de la foto) desde cualquier cima y ves cuan insignificantes somos,  como un granito de arena en el desierto. Cada persona ocupamos apenas medio metro cuadrado (0,5m2) en una superficie de quinientos diez millones de kilómetros cuadrados (510.000.000 Km2) que tiene La Tierra,  ¿Te das cuenta que insignificantes somos aunque algunos se empeñen en creer que son Titanes?


Cualquiera de nosotros podrá vivir, ochenta, noventa o cien años en el mejor de los casos. ¿Qué es eso comparado con los cuatro mil cuatrocientos setenta millones de años (4.470.000.000 años) que tiene nuestro planeta? Nada, absolutamente nada. Esto es un paseo fugaz.

 Una de las enfermedades más comunes de la sociedad actual es "No tengo tiempo". 

"La pregunta del millón que te hago es, ¿No tienes tiempo o no tienes interés?"

Todos tenemos el mismo tiempo, 24 horas al día, lo que no sabemos es hasta cuando. Hoy estamos aquí y mañana no, por lo que debemos tener claro en que queremos invertir nuestro tiempo, ya que los humanos tenemos  este bien muy limitado. 

Te pongo algunos ejemplos que seguramente te serán familiares. 

Debería hacer deporte, pero... "No tengo tiempo". 

Debería comer de forma más sana, pero... "No tengo tiempo". 

Tendría que pasar más tiempo con mis hijos, pero... "No tengo tiempo". 

Debería visitar más a menudo a mis padres, pero... "No tengo tiempo". 

Me gustaría quedar una tarde con mis amigos, pero... "No tengo tiempo". 

Debería leer más, pero... "No tengo tiempo".  

Tendría que ampliar y actualizar mis conocimientos, pero... "No tengo tiempo". 

Podría seguir poniéndote más ejemplos, pero...



Ahora piensa detenidamente, si no tienes tiempo para hacer deporte, comer sano y cuidar tu salud, tendrás tiempo para cuidar de tu enfermedad. Si no tienes tiempo para estar con tus hijos, tendrás tiempo para estar sólo en cuando seas mayor. Si no tienes tiempo para visitar a tus padres, tendrás tiempo para echarles de menos cuando ya no estén. Si no tienes tiempo para estar con tus amigos, tendrás tiempo para envejecer en soledad. Si no tienes tiempo para leer, tendrás tiempo para lidiar con tu falta de memoria y las carencias que esto acarrea. Si no tienes tiempo para formarte y actualizar tus conocimientos y habilidades, tendrás todo el tiempo para seguir obsoleto y caduco. Si no tienes tiempo para...

Pregúntate cada vez que dices a alguien o te dices a ti mismo... "No tengo tiempo", si es falta de tiempo o es falta de interés.

Es una buena manera para saber si es una excusa o un motivo real y decidir en que inviertes tu tiempo. Puede servirte hacer una lista de los "Debería", "Tendría" y "Me gustaría" que te dices a diario y ver cuántos realmente están en la columna del "No tengo tiempo" y cuántos del "No tengo interés".

Así que, ¡anímate! que todavía "estás a tiempo" y aprovecha tu bien más preciado.


Y como siempre, me despido deseándote un magnífico fin de semana, salud y éxitos.

José María Gomaríz