¡Hola! ¿Qué tal todo por ahí?
Por aquí todo fenomenal, semana intensa de trabajo pero satisfecho con los resultados, que al fin y al cabo son los que mandan.
Esta semana me gustaría compartir contigo una fábula como hago de vez en cuando.
Es la historia de un padre que tenía varios hijos mayores. Vivían en una zona muy humilde donde ni siquiera había trabajo para todos. Cada uno intentaba aportar algo de dinero a la economía familiar ya que con el sueldo del padre no había para mantenerlos a todos.
En cierta ocasión, los hijos mayores se reunieron con el padre y le propusieron que les ayudara económicamente a salir de aquella zona rural para buscar trabajo en alguna ciudad más próspera, de esa forma. aparte de no tener que mantenerlos en casa podrían aportar algo más a la economía familiar.
El hombre contrariado les dijo que lo tendría que pensar, ya que no estaba seguro de sus capacidades para emprender dicha aventura. Además tampoco contaba con dinero suficiente para darle a todos para que probaran fortuna en otras ciudades, por lo que tendría que elegir a uno. Tras darle muchas vueltas para decidir a que hijo enviaba a la ciudad, decidió ponerles a prueba. Y sin dar muchas explicaciones les dijo: En una semana decidiré quien se va a buscar trabajo a la ciudad y quien se queda.
Esa misma noche mientras todos dormían coloco una gran piedra que obstaculizaba todo el camino de su casa. A la mañana siguiente, todos los hijos en edad de trabajar fueron saliendo de casa, unos hacia el campo, otros a pueblos cercanos, según iban llegando a la piedra que obstaculizaba el camino la iban bordeando, el padre escondido tras un árbol, observaba la reacción de cada uno de sus hijos.
Unos murmuraban preguntándose como había llegado la piedra hasta ahí, otros sólo e quejaban del hecho y continuaban su camino, pero todos le dieron rodeo y continuaron. Todos menos uno, el más pequeño de los hermanos, se dedicaba a vender las verduras y hortalizas que junto a su padre y hermanos cultiva. Al llegar a la piedra, dejó cuidadosamente la cesta de verduras en el suelo, empujó con toda su fuerza y ayudado por una palanca consiguió desplazar la piedra que cortaba el camino.
Al coger la cesta de verduras para continuar el camino, detectó una cartera en el suelo donde había estado la piedra. La cartera tenía una suma de dinero muy importante y una nota que decía que la persona que descubriera la cartera y el dinero sería la propietaria del mismo.
Al leerlo, corrió a buscar a su padre para contarle lo ocurrido y el padre le respondió:"Cada obstáculo presenta una oportunidad para mejorar tu condición, tú serás el elegido".
Fin de la historia.
¿Cuántas piedras encontramos en nuestro camino?, ¿Qué hacemos?, ¿las apartamos o las bordeamos?
En ocasiones tiramos por la calle de en medio, buscamos la solución fácil, o simplemente tiramos la toalla. Que te esfuerces mucho no te garantiza el éxito, pero garantiza tu satisfacción al dar lo mejor de ti.
Si apartamos nuestras piedras del camino, no sólo nos dejará a éste libre, también lo dejamos libre para los demás.
Te invito a que reflexiones que piedras tienes en tu camino que te gustaría eliminar. Te voy a dar dos consejos para deshacerte de ellas.
* PASO 1: Piensa como quitarlas.
* PASO 2: ¡Hazlo!, ¡Quítalas!
Y como cada viernes, feliz fin de semana, salud y éxitos.
José María Gomaríz.
Muchas gracias.
Un saludo.