Buenas tardes amigos, hoy me gustaría empezar felicitando a todos los Antonio's y Antonia's en el día de su santo. ¿Que tal ha ido la semana?, ¿Habéis dado y recibido muchos abrazos como os recomendé la semana pasada?. Espero que si.
Hoy estoy escribiendo desde una maravillosa isla, desde Fuerteventura, no os cuento nada para no poner a nadie los dientes largos, solo os digo que vengáis a conocerla, nada más. Estoy en una de esas escapadas de 4 días que de vez en cuando hago para desconectar y esta además es un regalo de mi mujer, gracias Sara.
Pero aunque esté de descanso no me voy a olvidar de vosotros, así que aquí tenéis mi reflexión de esta semana. Quiero aclar-arte, que el guión que hay en "QUEJ-ARTE" no es una errata sino que está puesto a conciencia, ese guión lo uso mucho en otras palabras, ya que todo lo que hacemos lo podemos convertir en "ARTE", Motiv-arte, apasion-arte, contest-arte y muchos más "artes", pero hoy sólo comentaremos el arte de la queja.
En el mundo de los negocios hay una frase muy usada: Una queja es un regalo. Y esto desde el punto de vista de la empresa es una gran verdad, si un cliente llega a tu negocio y no le atiendes bien puede que no vuelva a ir, esa es la peor opción para ti, por que quizás ni te hayas enterado que el cliente se ha sentido mal atendido. Sin embargo si te presenta una queja, tendrás la información de lo que no le ha gustado, podrás disculpar-arte, podrás compensarle y lo mejor de todo es que evitarás los mismos errores en el futuro.
Hasta aquí todo bien, el problema es cuando las personas convertimos la queja en arte y nos volvemos profesionales de la queja, ahí es donde no estamos contribuyendo en nada, solo quejarnos por quejarnos, ¿Conoces a alguien que siempre se está quejando? jaja, si, se que se te han venido varias personas a la cabeza, a mi también. Suelen ser personas que se quejan del frío en invierno, del calor en verano, de la lluvia cuando aparece y si no llueve también, como dice un buen amigo mío cuando oye a alguien en Córdoba decir tres veces seguidas "ojú que caló", éste siempre les dice: ¿A la de cuantas veces de decir "Ojú que caló" te baja la temperatura del cuerpo?, por más que lo digamos no va a dejar de hacer calor, cuando llueve por más que digamos "Vaya día de perros" no va a cambiar la climatología, lo único que podemos cambiar es nuestra manera de tomarnos las cosas, la manera de pensar o actuar en ese momento.
Yo no puedo evitar que haga calor en Córdoba en verano, tampoco puedo evitar tener calor si estoy en la calle, en la piscina o sentado en la terraza de un bar, lo único que puedo hacer es manejar mis pensamientos y en vez de decirme o decirle a los demás que hace calor y repetirlo una y otra vez, puedo elegir o proponer alternativas, estar en un sitio con aire acondicionado, no estar en la calle o en la piscina y si esto no fuera posible, simplemente dejar de quejarme, por que esto no variará la temperatura.
Te he puesto un ejemplo muy trivial, pero piensa cuando te quejas, ¿de qué te quejas?, ¿por qué te quejas?, ¿Qué cambia de la situación si te quejas?, ¿En qué te ayuda?, ¿Qué consigues?, si alguna de esas respuestas te ayuda a cambiar y mejorar la situación sigue haciéndolo, pero te puedo garantizar que el 99% de las veces es una simple queja, que no conduce a nada, cuando algo no te guste en vez de quejarte, propón un alternativa, hazte una propuesta.
Quizás entonces, cuando conozcas que puedes hacer y pensar otras cosas dejes de quej-arte.
Bueno ahora os dejo con esta reflexión y a ponerla en práctica, deja de "Quej-arte"
Y como siempre, feliz fin de semana, salud y éxitos.
José María Gomaríz
Muchas gracias.
Un saludo.
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