Buenos días a todos y todas.
El viernes no te envié este mail como suele ser lo habitual, no fue por olvido o por no querer hacerlo, fue cuestión de tiempo, una mañana muy intensa y saturada de trabajo y toda la tarde fuera me impidieron cumplir con mi compromiso semanal contigo, dependiendo de tu horario laboral o del acceso a tu mail, habrá ocasiones en las que el correo que te envío habitualmente cada semana lo leas en viernes o en lunes, como el objetivo es desearte unos días felices generalmente el fin de semana, entiendo que si lees esto en lunes en vez de en viernes, puedes aplicarlo a la semana. Lo verdaderamente importante es que pueda servirte de motivación y/o de ayuda estas líneas o que puedas reflexionar del tema que tratemos en cuestión y pueda ser de utilidad.
Esta semana me gustaría hablarte del perdón. En un mundo tan competitivo, tan feroz, donde en ocasiones los valores a veces se pierden, donde el "y tú más" se extiende como la pólvora, donde las zancadillas están al orden del día, donde en ocasiones cuesta distinguir entre lo verdaderamente importante y lo superfluo, el perdón es una herramienta indispensable.
El perdón no es principalmente para quien lo recibe sino para quien lo da, no es quitar la culpa a quien nos ha ofendido, (que también podrías ser), sino eliminar la carga o el malestar que nos ha provocado una ofensa, hay ocasiones en la que alguien nos ofende y decidimos no perdonarle, este estado de "no perdón" nos perjudica enormemente, por que al fin y al cabo la ofensa es lo que pensamos y sentimos nosotros acerca de lo que ha hecho o dicho alguien, a lo mejor el ofensor ni siquiera ha reparado en ello, por lo que es a nosotros a quien perjudicamos.
Todos hemos tenido alguna vez o tenemos actualmente un compañero o compañera molesta, intolerante, que te la ha jugado de alguna forma, ¿que sueles hacer tú? ¿Perdonas y olvidas? o ¿Perdonas pero no olvidas?, ¿Ni perdonas ni olvidas? piensa sobre esto, presta atención a las tres cuestiones, las tres son válidas, puedes elegir la que más te interese en cada momento. Pero una vez tomada la decisión pregúntate ¿como te sientes? podrás comprobar cual te hace sentir mejor y decidir cual te interesa más.
Piensa que ser amable con quien no te agrada no es ser hipócrita, sino que tienes la suficiente madurez como para soportar y tolerar su personalidad y sus hechos.
Así que dedícate unos minutos a lo largo del día y comprueba qué y a quién quieres perdonar, te reconfortará.
Feliz semana, salud y éxitos.
José María Gomaríz
Muchas gracias.
Un saludo.
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